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marzo 8, 2020El señor Hermann Brunner Fleischman (1926-2020) es conocido como el “padre del balonmano costarricense” por su increíble amor por nuestro deporte, ya que, fue el verdadero impulsor del balonmano en Costa Rica y siempre estaba dispuesto a apoyar y ayudar a todas las personas que estaban ligadas con este.
El nacido en Alemania llegó a Costa Rica a finales de la década de 1940 para trabajar en la Panadería y Pastelería Schmidt, después de un largo recorrido en tierras costarricenses, él fue parte de la constitución de la Asociación Costarricense de Balonmano (hoy llamada Asociación de Balonmano de San José) en 1978. Gracias al esfuerzo realizado por Brunner, dicha agrupación se afilió a la Federación Panamericana en 1984 y dos años después se dio la fundación de la Federación Costarricense de Balonmano (FECOBAL), la cual, también se convertiría en miembro de la Federación Internacional de Balonmano (IHF en sus siglas en inglés).
Con esto, Brunner fue el presidente de la FECOBAL hasta el año 2008, y fue el tesorero de la Federación Panamericana de Balonmano (1987-1995) e integró el Consejo Directivo de la IHF como representante de la agrupación Panamericana (1996-2004).
Sin embargo, el pasado miércoles 4 de marzo del 2020 finalizó con una noticia que impactó a toda la familia del balonmano, se comunicó el fallecimiento de Brunner a la edad de 93 años, sin embargo, familiares, amigos, allegados y el deporte que tanto amó le brindarán tributo por la eternidad. El actual presidente de la FECOBAL, el señor Juan Carlos Gutiérrez, explicó que el “padre del balonmano costarricense” fue una persona “muy trabajadora” y con un “alto nivel moral y ético”.
“Fue una persona que hizo lo humanamente posible por hacer crecer el deporte del balonmano en Costa Rica. Luchó incansablemente hasta que se logró que el deporte fuera aceptado en los Juegos Deportivos Nacionales, el balonmano hoy se juega en nuestro país gracias a que nunca desfalleció, de otra forma en este momento no se jugaría balonmano acá”, indicó Gutiérrez.
Por su parte, la presidenta electa de la FECOBAL, la señora Silke Méndez, mencionó que Brunner “amaba, comía y vivía el balonmano” y que ese sentimiento se lo transmitió a todas las personas que se involucraron en el deporte.
Grito de motivación de la Selección Nacional Femenina enseñado por Hermann Brunner *La capitana colocaba su mano izquierda y sobre ella pesaba la del resto del equipo y cerraba la capitana con su mano derecha: –“¿A qué vinimos?”, decía la capitana. – “A ganar”, respondía el resto. – Nuevamente la capitana les preguntaba “¿a qué?”. – Ellas decían “¡a ganar!”. – Seguida por la frase “somos la mejores y vamos a ganar, somos las mejores vamos a ganar”. – “Uno, dos, tres” contaba la capitana. – “¡Costa Rica!” gritaban en conjunto mientras alzaban las manos. |
“Don Hermann inició con algo que se llamaba balonmano al aire libre, entonces los torneos se competían en cualquier superficie, pero él, transformó el deporte y este fue creciendo gracias a lo que aportaba de su propio bolsillo… Brunner nos enseñó a amar el deporte como jugadoras, a amar los colores de Costa Rica y darlo todo por el país; y ahora, esas jugadoras son las que dirigen y aman el balonmano y por eso seguimos aquí”, comentó la presidenta electa de la FECOBAL.
Según explicó Sandra Paz, secretaría general electa de la FECOBAL, Brunner fue “el mayor amante del balonmano costarricense” y los torneos abiertos en Costa Rica se realizaban “en las canchas anexas al antiguo estadio nacional en la superficie que estuviera disponible”.
Además, Eliécer Rojas, quien fuera jugador y ahora entrenador, señaló que don Hermann “siempre otorgó grandes ideas” y fue el “ejemplo a seguir para sostener un deporte en crecimiento”. Asimismo, Oldemar Quesada, entrenador de Tarrazú, añadió que Brunner “vivía cada instante del balonmano”.
“Don Hermann fue el impulsor del balonmano en nuestro país a él le debemos muchos logros, fue presidente por muchos años de la FECOBAL, en donde, muchas veces don Hermann puso el dinero para que las selecciones pudieran viajar. Fue una persona que nunca se desligo del balonmano, por lo que, vivía cada instante del deporte y nos ayudó a muchos de nosotros a capacitarnos para mejorar el balonmano”, dijo Quesada.
Su amor… El balonmano
El amor que le tenía don Hermann Brunner al balonmano era incalculable, incluso, la señora Sylke Méndez dijo que él “siempre mostró con hechos lo que era amar a nuestro deporte”, ya que, “encontraba alguna manera para externarlo”. Dicho pensamiento fue apoyado por Rojas, quien además agregó que él fue quien le regaló su primer par de tenis para “competir a nivel internacional”.
“Brunner siempre decía que para que el balonmano creciera debía llegar a todos los rincones del país y realizó grandes esfuerzos con el MEP (Ministerio de Educación Pública) y en aquellos tiempos Consejo Nacional del Deporte pero no tuvo mucho éxito. No obstante, nunca se dio por vencido y buscaba presupuesto y patrocinadores para realizar los torneos escolares. Siempre buscó que Costa Rica tuviera una representación digna y competitiva a nivel internacional y me consta a mí porque yo fui uno de los partícipes de muchas aventuras deportivas del balonmano costarricense, en donde, él corría para darnos los recursos necesarios”, comentó Rojas.
Asimismo, David Quirós, exjugador y actual delegado arbitral costarricense, destacó que Brunner traía capacitaciones internacionales (de entrenador y de arbitraje) a Costa Rica, por lo que, su impacto se reflejaba en muchos sectores del balonmano.
“Don Hermann invirtió muchísimo dinero de su bolsillo para el balonmano, en donde, él en ese momento pagaba muchas cosas que la Federación no podía cubrir porque él patrocinaba a través de sus diversos ingresos económicos. En mi tiempo de colegio ayudó mucho a expandirlo entonces había mucha gente jugando balonmano, entonces él ayudó a promocionarlo bastante. A nivel internacional él era un hombre distinguido con presencia en la IHF, entonces él traía muchas capacitaciones de diversas índoles a Costa Rica, señaló Quirós.
A su vez, Carlos Díaz, exjugador de Brunner y actual entrenador de La Cruz, Guanacaste, manifestó que Brunner “nunca abandonó su lucha por conseguir que el balonmano tuviese un lugar en la historia de Costa Rica.
“Donó con aprecio y cariño parte de su fortuna, pagando de su bolsillo muchos gastos, inclusive, los de mayor erogación como son los viajes al exterior con las selecciones nacionales sin ninguna mezquindad y con mucho aprecio. Él logró con su gestión que muchas personas nos llenáramos de pasión por el balonmano y siempre se caracterizó por ser un hombre recio y corajudo cuando observaba lo incorrecto y lo que no era justo, de pensamiento innato político correcto, un caballero de valores o principios poco usuales en nuestro medio que al igual que los grandes líderes siempre se manifestó por lo injusto, honesto, sencillo, cordial, que quería a sus allegados como si fuésemos sus hijos que con mano férrea nos orientó y aconsejó”, lo recordó Díaz con cariño.
La eternidad
El camino hacia la eternidad es una mezcla entre lo realizado y el legado que se deja, por eso, la familia del balonmano debe trabajar para continuar con lo hecho por don Hermann Brunner, por eso, Sandra Paz (quien también fue jugadora) hizo énfasis en que “don Hermann inculcó el amor por el deporte a cada persona que lo practicaba dándoles su apoyo incondicional siempre” lo que las llevó a obtener “muchos éxitos de la mano de su carisma”. Quesada reforzó ese pensamiento al mencionar que “el legado debe continuarse con una organización que busque lo mejor del balonmano para el país ser los mejores en Centroamérica y más allá”.
Debido a esto, David Quirós hizo un llamado a que todas las personas que están ligadas al balonmano de alguna u otra manera “brinden su tiempo” para que crezca el deporte que dejó Brunner en Costa Rica.
“Su legado debe mantenerse a través de la dedicación y el compromiso con el balonmano, que las personas que conforman Juntas Directivas y están en los Comités Cantonales de Deportes y Recreación deben brindar ese “tiempo” para asistir a jornadas, para ver partidos más allá de cuando tienen un vínculo con alguna persona; las personas deben amar el balonmano”, añadió Quirós.
Asimismo, Carlos Díaz fue más allá al destacar que su legado “es el balonmano que ahora tenemos” y del cual “hay que trabajar mucho”, mientras que, el señor Juan Carlos Gutiérrez explicó que “debemos seguir haciendo esfuerzos para que nuestro deporte siga mejorando cada día para emularlo porque no podríamos haber tenido mejor ejemplo”.
¡La familia del balonmano tiene el deber de continuar con el legado de este hermoso deporte que nos enseñó don Hermann Brunner y así, brindarle el tributo que se merece!